lunes, 14 de febrero de 2022

La shiringa: LA MATANZA DE HUABICO (WAWIKO)

Por accidente en un laboratorio europeo, el veterinario Goodyear, deja caer un trozo de caucho sobre un crisol de azufre y nace una nueva alternativa para generar desarrollo en el mundo: la vulcanización. En 1885 año en que se inicia el boom por el caucho, hace de nuestra amazonia, el centro del comercio mundial y a la vez, de vendettas, sicariato, incursiones, esclavitud, trata de personas y a la vez, la muerte y persecución de miles de nativos que no excluye a los hijos de nuestra región (hoy llamada Amazonas y su provincia de Condorcanqui).

Iquitos, se convierte en el centro de la atención y se hace una torre de babel, donde se hablaba decenas de idiomas: español, francés, italiano, mandarín, portugués, inglés y las decenas de lenguas amazónicas. También se hace capital de las razas. Ya no solo se veía caminar por las calles a los nativos que se mezclaban con negros de las Bermudas que eran importados por los ingleses. Era un arcoíris de colores donde predominaba el verde de la selva inhóspita, salvaje y cómplice de muchas fechorías al amparo de la codicia.



Hasta Iquitos, en canoas o piraguas llegaban los jibaros del Santiago, cruzando los pongos de Manseriche y la cocha grande del Amazonas, llevando bolas de jebe de ese oro blanco que hizo ricos a pocos y huérfanos a muchos. Desde la cabecera de Nazareth, donde se centralizaba la producción del látex, se percibía la riqueza y también las tragedias, ocasionadas por hijos de Amazonas y Cajamarca.

Antes de Iquitos, era Moyobamba el centro del comercio, de allí que los intrépidos hijos de Amazonas, tenían que involucrarse en este redondo negocio del caucho que hacía muy ricos en corto tiempo. A este negocio lucrativo llegan a esta zona selvática de Amazonas, Burga, natural de Chachapoyas y Yajamanco, quienes libran enfrentamientos atroces donde mueren muchos jíbaros.

Amadeo Burga, es un gran explorador y conquistador de los jíbaros de las montañas del noroeste del Marañón y propietario de la hacienda de Nazareth y de los puestos de La Merced, Perpetuo Socorro, Lourdes, Imacita y San Rafael. Es el primer cauchero que se dedica a producir la shiringa en esta parte del Perú. Poco tiempo después aparece un serio competidor, Fabriciano Yajamanco, un hacendado de Jaén, propietario de la hacienda Charape en el río Tamborapa. Con sus campesinos, se instala en Huambico y otra casa en la desembocadura del Cenepa.



La presencia del competidor para Burga, genera en celo enorme, originándose una fuerte rivalidad. Tiempos después se produce la matanza de Huabico, que es contada por Lorenza, la hija de Fabriciano, quien es asesinado por jibaros, secuestrada la hija y cortada las cabezas de muchos nativos.

En estas reyertas, motivadas por los celos y el exceso consumo de cañazo, mueren dos misioneros que venían de Iquitos, enviados por el Prefecto Apostólico de Iquitos, quienes en partes oficiales, concluyen que esto fue ocasionado por la rivalidad de ambos hacendados.

Fue un acto salvaje que se recuerda aún oralmente, decenas de nativos formaron parte de estos enfrentamientos que ocasionaron bajas entre jíbaros y awarunas. Incendiaron haciendas, cortaron cabezas de grandes y chicos. Lorenza, fue secuestrada. Por muchos años vivió esclava, la obligaron a casarse con un jíbaro, convivió con ellos, hasta se olvidó del castellano y habló fluidamente el idioma, las costumbres y tradiciones nativas. Ya adulta, fue recuperada por su tío y separada de su hijo.

FUENTE:

Esta historia resumida, ocurrió en Amazonas a finales del siglo XIX y contada ampliamente en un intesante libro “ENTRE PONGO Y CORDILLERA" del padre, José María Guallart.

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