Se vienen
las elecciones y con ella los candidatos que con derecho aspiran ser el próximo
gobernador o alcalde de Amazonas, que dicho sea de paso, no es un departamento
cualquiera, como para que cualquiera que se atreva a gobernarla solo por
capricho, por un sueño, por aparecer en la foto o por solo el hecho de pasar a
la historia como un intento en la vida.
Escucho de
presentaciones pomposas, de ideas desproporcionadas, de ofertas sin fundamento,
de planteamiento sin ideas; es decir, puro quimeras, que solo sirven para el
tabladillo, para el discurso. Escucho de nombres, muchos de ellos que por un
poco de fama y dinero, se sienten con derecho de asumir este reto. Un reto
complicado, temerario, más cuando Amazonas es una bomba de tiempo que en algún
momento explotará por los conflictos en ciernes, carencia de orden, de propuestas y
políticas de mediano y largo plazo que contemple su desarrollo transversal.
¿Qué
demanda Amazonas?. Proyectos que nos integran y que no sigan dividiendo al
territorio entre norte o sur. Propuestas que permitan revertir los males
endémicos como la anemia y pobreza, contar con nuevos modelos educativos a la
altura de las circunstancias y demandas laborales en el territorio, diseño de espacios
territoriales que se conviertan en focos de desarrollo tecnológico e industrial,
hacer de las ciudades una forma de vivir con dignidad y respetando el binomio:
Hombre – Naturaleza. Desconcentrar los servicios públicos y acercar al
ciudadano a la vida administrativa regional.
Para eso,
se requiere de dos cosas: RENUNCIAR A LA CODICIA y SER TRIPULANTE para el
cambio. Muchos nos creemos con derecho a
dirigir, conducir, liderar, pero bajo nuestro espejo creado en un entorno de
oportunismo y que nos conlleva a la figuración y a enarbolar nuestro egocentrismo. La política, no se construye solo con nombres o buenas intensiones, se planifica, se idealiza y se ejecuta, además de madurez cívica.
En muy sencillo ofrecer la solución ante tantas carencias y demandas de la población, desconocimiento que dichas ofertas riñen contra los sistemas presupuestales de la nación, tales como los planes multianuales, los planes de desarrollo y las políticas nacionales que orientan la ruta para crecer como país.
En muy sencillo ofrecer la solución ante tantas carencias y demandas de la población, desconocimiento que dichas ofertas riñen contra los sistemas presupuestales de la nación, tales como los planes multianuales, los planes de desarrollo y las políticas nacionales que orientan la ruta para crecer como país.
Ya no se trata de caras bonitas, la política.
Se trata de ideas, de programas, de planificación y de inversiones en
actividades que nos permitan ser competitivos como región. Además, de una gran
dosis de credibilidad, respeto y honestidad.
Las
elecciones que vienen, no es una pipeta de laboratorio para seguir
experimentando como el alquimista. En estas elecciones se deciden el futuro de
nuestros pueblos, para lo cual debe primar la razón antes que la emoción.
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