miércoles, 15 de junio de 2016

Copa América, Perú y más que una mano milagrosa


Estoy segurísimo que muchos al amparo de nuestras frustraciones deportivas a más de un árbitro lo hemos recordado hasta el último eslabón de su ADN familiar por una mala decisión contra nuestro equipo. Recuerdo que árbitros argentinos, chilenos y uruguayos (recuerdo a Chechelev) que eran impuestos por la Confederación, la FIFA o lo que se llame, nos anulaban los goles que querían, nos metían los goles a “puño limpio”, desde las tribunas el país se exaltaba, terminado el partido, volvíamos a nuestra rutina y siempre se escuchaba que “como no tenemos poder” dirigencial hacen con nuestro equipo lo que quieran.


Cuando los EE.UU intervienen a la FIFA y encuentran culpa de corrupción, peculado a dirigentes, entre ellos Manuel Burga, se acabó la cortina de la impunidad y hasta de la autonomía de esta entidad que vela por el fútbol en el mundo entero y creo también, que se acabó el poder oculto de la clase dirigencial que apelando a su poder “arreglaban los partidos”

Si tendríamos al poder oscuro de la FIFA, tengo la seguridad que se anulaba el gol de Ruidíaz, pasaba Brasil a la etapa siguiente y solo por una razón: económica. Brasil llena más estadios que Perú, Brasil es pentacampeón, nuestro país, no clasifica a mundiales y no es sparring  de polendas para un equipo de nivel.


La decisión- que sigue llenando de rumores el mundillo deportivo – recuperó por otro lado la dignidad de ese “hombre de negro”, que muchas veces tendía la mano por adulterar un resultado. No sabemos a quién ni con quien consulto, pero su conciencia y la fragilidad de los dirigentes actuales de la FIFA y con los antecedentes de sus antecesores  se impuso para brindar una alegría a un país como el nuestro.


En el fútbol como en todo lugar, siempre se juegan intereses, la gran diferencia y adicional, es que en el fútbol también se juegan las pasiones de los pueblos. Esa pasión con halo de “decencia” se impuso en el partido Perú – Brasil; y con ello la devolución de muchos partidos “amarrados” contra nuestros intereses. 

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