Ya está casi confirmado que tendremos segunda vuelta entre el
mismo modelo económico y las mismas perspectivas, pero con diferentes rostros:
Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski. Ya sabemos también, que de nosotros
depende que todo lo que se prometa se cumpla.
Como muchos, estoy sorprendido por los resultados. Era evidente
que Fuerza Popular iba a ganar con amplio margen, pero no pensé que Barnechea
tendría tan poco respaldo y de que las “alianzas extremas” de las últimas
semanas tenía que tener un costo político para Verónica Mendoza. Coincido que
el ganador de este proceso es Gregorio Santos y ya forma parte de la galería
política del futuro; pero es otra historia.
Los resultados electorales, a la luz de los hechos nos dan
una radiografía real de lo que viene pasando al interior del país. El gran
respaldo electoral de Mendoza y Santos en todo el país y que hace que renazca
la izquierda peruana, es una alarma o timbre en la oreja del estado para que evalúe
y analice que está sucediendo en el Perú.
¿Y qué sucede? Sucede que a los peruanos lo vemos como sujeto
de uso meramente económico y productivo, antes que como sujeto de atención para
mejorar sus condiciones de vida y desarrollo humano. Alcanzar estos estándares está
asociado a una fuerte inversión del estado en calidad educativa, mejora en la atención
de salud y desarrollo de la infraestructura social. El Perú no crecerá, si solo
apostamos por fierro y cemento. Si no tenemos ciudadanos, personas con una
fuerte formación de valores y de conocimientos.
En el caso de Amazonas, es evidente que el estado tiene MUCHO
POR HACER. La anemia, la desnutrición, la pobreza en todos sus extremos tienen
que ser tomados en cuenta de una manera PRIORITARIA. Eso lo dice la foto
electoral. Los votos Mendoza y a Santos, no es más que una forma de llamar la atención
de un estado muy miope a la realidad. Una cosa es mirar al país desde el
escritorio, otro es caminar sobre él.
Lo bueno de esta segunda vuelta que ambos candidatos han
afirmado que “el señor MEF” no debe ser quien gobierne el país, por lo que
tengo la esperanza que después de mucho tiempo tendremos a un presidente o presidenta
que conduzca directamente la política económica y social antes que un ministro.
En Junio elegiremos al presidente del Bicentenario. Elijamos
bien.
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