Anualmente los gobiernos sub nacionales, los gobiernos
locales, desarrollan dentro de un marco metodológico los presupuestos
participativos mediante asambleas comunales para identificar las necesidades,
demandas, proyectos de relevancia para alcanzar el desarrollo del territorio.
Se vota en base a la importancia del mismo, se prioriza y se le destina un
monto determinado. Eso desde el concepto de la teoría, está muy bien.
A partir del año 2013, el Ministerio de Economía y Finanzas,
con la genialidad que les caracteriza, sacaron normas para que los presupuestos
no sean anuales y tengan una temporalidad mayor; es decir de tres años.
Actualmente los municipios y los gobiernos regionales vienen implementando esta
metodología o norma sin chistar, sin rencores, pero con una miopía tal, que
parecería que poco o en nada les interesa las propuestas electorales.
Según el MEF el presupuesto multianual, que se implanta en el
país el año 2013, constituye un marco referencial, Instrumento del proceso
presupuestario, que contiene la distribución de los recursos del Estado por un
periodo más allá del año fiscal, enmarcado en el plan estratégico del gobierno
y el Marco Macroeconómico Multianual. Y permitirá: realizar estimaciones
de ingresos y gastos para periodos mayores a un año, gestionar por resultados,
asignar mejor los recursos en el marco de las prioridades nacionales y sectoriales,
orientar las políticas públicas, programar de conformidad con las metas del
Marco Macroeconómico Multianual. Al mismo tiempo dice que permitirá articular los
recursos financieros con las metas de la política de gobiernos, permitir el
seguimiento y cumplimiento de las metas de los programas presupuestales y proyectos
de maduración multianual, orientar la asignación de recursos hacia resultados.
Dice también que con estas medidas estratégicas se permite planificar dentro de una perspectiva de
mediano plazo, que los gastos
programados se encuentren financiados, impidiendo la presencia de
desequilibrios en las cuentas fiscales, orientar los gastos desde una perspectiva
de crecimiento económico, orientar los recursos a proyectos de inversión según
las prioridades y necesidades de formación de capital e infraestructura, aportar
predictibilidad a la gestión de los recursos públicos y finalmente (aquí está la trampa) se debe considerar en los años 2014 - 2016
sólo aquellos recursos que garanticen los
proyectos en ejecución y los que se inicien en el 2013 y que no se debe
programar recursos para nuevas
intervenciones.
Esta trampita técnica y normativa del MEF, es una intromisión
en las acciones políticas y violan el marco de la descentralización e
independencia y autonomía de los gobiernos sub nacionales y locales, ya que no
permite mejorar, corregir, enmendar y replantear los proyectos, perfiles que
fueron y son mal elaborados y es más, con la propuesta multianual, los
gobiernos anteriores aplicaron este método y dejaron colgados con nuevas ideas
a los actuales y nuevos gobernantes en el país. Hecho, que si se respeta, los
presupuestos participativos, solo sirven de formulismos y solo avalar la
continuación de proyectos de los gobernantes anteriores, así estén mal. Y si se
suma que los bancos de proyectos de las OPIS no valen ni bronce, estamos
garantizando la muerte silenciosa de la regionalización en el Perú.
El gran problema, es que los técnicos del MEF miran al país
desde el contexto físico más no real y por ende aplican normas verticales sin
conocer crudamente al interior de las gestiones regionales y locales y en qué
medida éstos son evaluados eficientemente la implementación de sus proyectos y
realices demandas como necesidades.
En esta coyuntura, es bueno proponer que mediante la Asamblea
Nacional de Gobiernos Regionales y de la Asociación de Municipalidades del
Perú, las autoridades nuevas, planteen una modificación de esta norma a fin de
garantizar la gobernabilidad en su territorio, ya que si se sigue en este
rumbo, todas las propuestas o ideas para aplicarlas quedará en vacío ya que la
norma impide desarrollar obras o proyectos, excepto los que se vienen
desarrollando. ¿Y mis ofrecimientos políticos?. Nada y si el pueblo es impaciente,
acudirá a la movilización
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