En la década de los 80, se emitían en
el Perú, una serie titulada “La Isla de la Fantasía” y me encantaba escuchar al
asistente de Ricardo Montalván, el famoso Tatoo, iniciar la serie con la famosa
frase “El avión, el avión”. Hoy en Chachapoyas, esa frase se hace lejana,
indiferente y quizá añoranza.
Desde aquel fatídico 9 de enero del
2003 hasta la fecha han pasado casi doce años donde los amazonenses en general
venimos solicitando la presencia de líneas aéreas para facilitar el traslado de
pasajeros y turistas y de eso solo quedan pedidos a paño tibio y como dice la
canción, solo promesas quedan ya.
Revisando la historia informativa,
casi en forma intermitente circulan en los medios de comunicación nacional,
noticias como la reanudación de los vuelos, tales como la presencia de Aerolínea
Aerodiana SAC para cubrir la ruta (Chachapoyas, Bagua Grande, Jaén y Chiclayo),
el supuesto reflotamiento de Aeroperú, donde incluyen en su plan de vuelo a
Chachapoyas, Mendoza, Ciro Alegría y Galilea y el último relacionado a LC Busre
que lo estamos esperando desde marzo para que cubra la ruta Chachapoyas,
Cajamarca, Chiclayo, Lima a 100 dólares el pasaje, con el plush que podrían
comprar pasajes internacionales para lo cual esta empresa tendría un convenio
firmado con LAN PERU.
De eso prácticamente no se oficializa
absolutamente nada, trayendo como consecuencia la presencia de un reducido
grupo de mochileros que arriban a la ciudad sin dejar mucho dinero para la
mejora en el servicio turístico regional. Este mal, sin lugar a dudas, si es
que sigue prolongándose por más tiempo, terminará por matar a este destino
turístico que solo tiene por título y se pone de moda, cuando arriba algún
iluminado o iluminada como Mercedes Araoz que dijo en su momento que “Chachapoyas
es un lugar ideal para vivir”. De allí en acción, en resultados no existe casi
nada.
Hay un dicho popular “el que llora no
mama” y que cada vez me convenzo que es verdad. Conozco a personas que joden y
joden siempre y logran sus propósitos, a otros que llegan mañana, tarde y noche
preguntando por sus documentos y logran resultados, otros que hacen paros,
movilizaciones como el caso Cajamarca y todo parecería que lograrán su
propósito y al fin salir como David que
lograron derrotar al Goliat del centralismo y del oportunismo empresarial.
Si analizamos las demandas en
Amazonas, estas no son pocas, tenemos reacciones aisladas en Condorcanqui por
el tema de la minería, en Chachapoyas y Luya los proyectos energéticos que para
el común de las personas, si se hacen, podrían desplazar a centros poblados,
conflictos territoriales con San Martín tanto en Chachapoyas como Mendoza, intromisión
radial en la frontera con Ecuador, fuga de divisas con productos tradicionales
de Amazonas que se facturan en Cajamarca y Lambayeque. Es decir estamos
sentados no en un banco de oro; sino en una bomba de tiempo que puede en
cualquier momento explotar.
Si Cajamarca tiene su Conga, nosotros deberíamos
analizar y evaluar cuáles son nuestras principales exigencias , nuestro plan a
mediano plazo para comenzar a exigir por la mala, lo que por derecho nos
corresponde.
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