El libro histórico por excelencia, es
sin lugar a dudas La Biblia. Cada uno de sus libros refleja el desarrollo de la
humanidad dividido en dos partes: El Antiguo antes del nacimiento de Cristo y
el Nuevo Testamento, después de su nacimiento del Hijo de Dios. En cada una de
sus hojas brotan testimonios que fortalecen nuestro espíritu cristiano. Quizá
los más emocionantes sean aquellos que hablan sobre la vida terrenal de Jesús.
En
ese vaivén de leer y releer La Biblia, en el libro del apóstol Juan, la frase
“Madre ahí tienes a tu hijo; hijo ahí tienes a tu madre” me caló profundamente
y me llevó a fortalecer nuestro deseo personal y grupal de lograr que esa frase
se vuelva hacer realidad en el Siglo XXI.
Todos
creo que conocen, que conjuntamente con mis compañeros y compañeras de
promoción 1981 de los colegios “San Juan de la Libertad” y “Virgen Asunta”,
presidimos el Comité de Fiestas Patronales en honor a la patrona de nuestra
ciudad y, entre los planes que tenemos previsto está de traer a Chachapoyas en
agosto al “Señor de Gualamita” Patrón de Lamud para que salude a la protectora
de la capital de Amazonas- Ese gesto además de ser histórico, sin lugar a dudas
nos permitiría recrear ese versículo de Juan y contemplar con las piernas
temblorosas y los ojos marcados por la emoción a la madre, la “Virgen Asunta” y
al hijo el “Señor de Gualamita”. Dos imágenes muy veneradas y glorificadas por
miles de personas. Dos figuras religiosas de las más representativas en la
actualidad y quizá los pocos referentes para que sean motivo de intercesión
ante Dios nuestro protector.
Hacer
realidad este sueño, significaría también reconocer el sentimiento religioso de
dos pueblos hermanos que son herencia viviente de las culturas Chachapoyas y
Luya – Chillaos, dos pueblos hermanos que los divide tan solo los cerros y el
río Utcubamba, pero que son únicos como estirpe de la gallardía de nuestros
ancestros. En base a esa unidad, hermandad y devoción cristiana, se tiene
previsto hacer este gesto colectivo para el gran rencuentro. Un rencuentro, que
permitirá en medio de la crisis y debilidad religiosa, fortalecer nuestro
espíritu, nuestros corazones y pasiones humanas.
¿Es
posible hacerlo? Sí, lo que esperamos
tanto los Comités de Chachapoyas como de Lamud estamos de acuerdo, falta creo
el consentimiento de nuestros párrocos y hasta de nuestros consejos pastorales,
quienes al final determinan si es procedente o no hacerlo. Y naturalmente la
opinión y comentarios de todos.
Pueblos
hermanos como Chachapoyas y Lamud, ameritan un motivo complementario para
seguir unidos y de la mano y un merito profundo y de significado sin
dimensiones sería portar en nuestros hombros a ambas imágenes que estoy seguro permitirá
llenar las calles de perfumes, de manos que se entrelazan, de velas que se
iluminan, de canticos que llegan al alma y de vítores populares, de inciensos,
de claveles de miradas luminosas y de plegarias interminables. Ojalá sea
posible. Ojalá los hombres piensen como tales y por un momento dejemos de
pensar que somos dioses.
Si
se pudiera hacer realidad este versículo del apóstol Juan, entenderemos la
sabiduría y grandeza de estas palabras de un hombre clavado en la cruz y a
pocas horas de morir por todos nosotros. Ese sacrificio humano, demostremos con
grandeza de alma y de espíritu en estos
años aciagos para nuestra debilitada fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario