Esta mañana al entrar al trabajo, con mis dedos entumecidos
marque mi ingreso y el reloj digital no registraba mis huellas. Dos minutos después
de “calentarlo mi dedo”, el clásico “clic” sonó indicando mi presencia laboral.
Muchos de mis compañeros de trabajos sufrieron el mismo desplante electrónico.
Antes de ingresar a las oficinas comentábamos del insoportable frio de la
mañana. Una amiga nos dice a voz en cuello, que parió la zorra. Naturalmente la
frase causó mucha gracia entre todos. La frase parió la zorra, está asociado el
frio intenso en Chachapoyas.
Ayer, último día de mayo, el sol era abrazador, hoy por la
mañana, creo que casi nadie quería salir de la cama. Es un frio intenso que
cala en las entrañas. Un frio que hace tiritar a nuestros hijos que van al
colegio. A nuestros ancianos que caminan a paso lento y; hasta uno que duerme
con “frazadas con orejas”. Es penetrante, intrépido, galopante, como la zorra fugaz
que huye por las montañas.
Y vaya que la zorra parió
y debe ser de tantos zorritos y zorritas, ya que el frio se extiende por
toda la zona sur de Amazonas. En la Jalca ocho grados, en Alto Imaza 4 grados y
con ello la helada. Esa rara enfermedad natural que quema las plantas y con
ello escases en la oferta de productos. Hasta en Mendoza que hoy por hoy existe
una demanda de chompas y frazadas porque el frio es insoportable por las noches.
En otras partes se asocia esta frase al inicio de la etapa de
cosechas ya que la etapa de lluvias pasan y se espera que hasta agosto o
setiembre se pueda recoger productos de pan llevar. Si la zorra pare para eso
en buena hora, de lo contrario, el frío y ella que se vayan a la gran zorra.
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