Además de ser un día donde nació mi tercer hijo, este ocho de junio tiene que ser un día de mucho significado para la colectividad chachapoyana. No solo por el hecho de que es un día más de la Semana Turística, porque se celebró el III Festival de la Chumaychada o porque mi amigo Arturo Díaz Jauregui, Presidente del Patronato presentó su muestra histórica de fotografías antiguas de la ciudad o porque la banda ubicada en la plaza mayor hace delirar con sus melodías a la gente.
Con antelación recibí de la Derrama Magisterial una cordial invitación para participar de una conferencia magistral sobre la Batalla de Higos Urco y la presentación de un cómic histórico. Luego de las disertaciones y el fundamento de la obra hecha por Carlos Huamán Herrera, Porfirio Alvarado, tuve en mis manos el ejemplar, que al primer impacto me marcó la emoción de chachapoyano y alabar tamaño atrevimiento cultural de hacer de este acontecimiento épico una tira gráfica muy bien elaborada que estoy seguro permitirá llegar a miles de niños y otras familias amazonenses para entender la dimensión e importancia de esta gesta libertaria en el nororiente peruano.
Realmente es un trabajo muy bien logrado, cuenta con dos versiones: Popular en papel couché y pasta de cartón y otra de lujo encuadernado que sin duda alguna se convertirán en una pieza cultural de incalculable valor en el tiempo. Particularmente expreso mi reconocimiento a Cesar Reyes Valle, querido amigo y paisano que impulsó esta publicación conjuntamente con otros colaboradores suyos, demostrando su arraigado compromiso social y cultural con nuestra tierra y nuestra región
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Esta publicación, que tiene una edición limitada de 4,000 ejemplares, debe ser motivo para que las autoridades regionales y locales repliquen este aporte cultural a fin de que llegue a todas las instituciones educativas de Amazonas y con ello, de una vez por todas reforzar nuestro sentimiento regionalista bajo el aura de un acontecimiento histórico que perennizó por siempre al pueblo de Chachapoyas en las páginas del Perú.
A eso de las cinco de la tarde, luego de recibir tamaño obsequio, salí a la Plaza Mayor y quedé maravillado de un espectáculo natural. Por sobre nuestra catedral se formaba conforme fortalecía la lluvia dos arco iris bien formados que fue una delicia visual para las personas que nos encontrábamos en el lugar. No porté mi cámara oficial, pero mi celular permitió registrar algunas fotos que las comparto con ustedes.
Y digo que este ocho de junio fue un día especial por estas cosas que los describo y porque creo que un arco iris es una señal de bendición para mi tierra. Una tierra que se despereza poco a poco de su apatía para convertirse en un terruño de ambiciones, aspiraciones y grandes metas que lo permitan recuperar su hegemonía de antaño.
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