En los últimos días, todos los peruanos estamos a la expectativa por conocer quienes aspiran ser parte de los ciento treinta parlamentarios que cogobernaran el Perú en los próximos años. Ya la prensa nacional comenta, discrepa, cuestiona el ingreso a la política de mucha gente improvisada, que por el solo hecho de tener cinco minutos de fama, son considerados en propuestas y programas políticos que son totalmente ajenos a sus actividades cotidianas, tales como estar en boca de todos por divorcios, manutención familiar, ser escuderos, hijos de papá o hermanos de una dinastía que nunca acaba.
La política como ciencia social, estudia una rama de la ética, tiene un fin común como decía Tomás de Aquino. Sin embargo, todo parece indicar que la política en países con poca tolerancia a la democracia, es un servicio a uno mismo y con ello el endiosamiento, el poder del dinero, de las influencias y de la oportunidad de hacer de este medio una forma de hacerse millonario.
Hoy por hoy, se conoce que en el APRA sigue la dinastía de los dinosaurios dirigentes que con sus mismos defectos quieren seguir en el trono parlamentario. Del Catillo ya no quiere estar solo, hoy lo acompaña su hijo. Lo mismo sucede con la sobrina de Mercedes Cabanillas que también postula por Lima o la hija de la rata mayor de la corrupción aprista Luciana León y para Amazonas, la hermana de un congresista que pasó por el parlamento como el viento revoloteando el pelo y sin tener mérito alguno, excepto el apellido.
De la larga lista de las nueve que fueron oficialmente inscritas, particularmente, expreso a cada uno de ellos mis felicitaciones por la decisión de asumir este reto. Un reto incomprendido, un reto que pocos quieren asumir por una cuestión de comodidad; pero, creo que si de todos tendríamos que sacar a dos, sin lugar a dudas muchos son figuras decorativas en este proceso.
Por mi profunda convicción regionalista, no creo en los salvadores, en aquellos que viniendo de afuera se creen los salvadores de nosotros; pero se da el caso que en esta amalgama de propuestas y personas que asumen este reto, cuatro o cinco personas desde el partidor salen ganando y sin temor a equivocarme son: Rudecindo Vega (ex ministro de estado), Lidia Calvo (dirigente nativa), Hugo Becerril (Hermano de Antonio que fuera parlamentario y hombre fuerte del Grupo OVIEDO), Julio Sagástegui (quizá el excluyente de la gestión Altamirano) y José Maslucán (por su condición de congresista en ejercicio), pero entre los cinco hay marcadas distancias, todo dependerá de la cantidad de votos preferenciales y quienes pasan a la segunda vuelta.
Nada está dicho, pero lo que sí puedo aseverar que los procesos electorales, deben tener mayor connotación y protagonismo social. Sigo convencido y con mi experiencia política en el ámbito local, para ser políticos no es necesario voluntad, ideas, hay que tener dinero. Y eso lamentablemente muchos no lo tenemos, de allí que en estos procesos se impone el gorro, el trago, el baile, cajitas de fósforo con dinero, polos, coca y una maquinaria dispuesta a invertir miles de soles.
En la historia parlamentaria de Amazonas, muy pocos destacan por su protagonismo en el hemiciclo, excepto Rodríguez de Mendoza, Antonio de Anduaga, Juan Modesto de la Vega, Braulio de Camporredondo, Luis Feijoó Reina, Pedro Quiróz, Gustavo Lanatta Luján, los demás pasaron por él, porque la circunstancia así lo quizo. Ojalá, en abril, nosotros los electores, elijamos a las personas ideales que no vengan con fanfarria o muestra de poder económico. Vengan con ideas, frescura en sus propuestas y muestras más que evidentes de amor por nuestra tierra. Yo, ya tengo mi voto. Espero no equivocarme.
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