Muy pocos saben la fecha de creación del cementerio de Chachapoyas. Me atrevo a pensar que es después de 1,862, año en que se dejan de enterrar a los muertos en las iglesias, ya sea en cruz alta o baja. El cementerio, como todos en general, tienen aportes sobre la evolución y la forma de adoración a los muertos.
Cada entierro es una muestra de poder de los vivos sobre los muertos. Es una forma de exponer al mundo, el cariño y la peregnización del recuerdo. En una visita dominguera, con la tranquilidad que nos otorga el tiempo, en una radio de cuatro hectáreas de visualizan miles de tumbas, en el suelo o en nichos y hasta mausoleos
Hay coloridos con azulejos o pilares grecoromanos
Celestiales y con angeles incluidos
Con marmol e imagenes religiosas de belleza singular
Hasta construcciones monumentales con efigies traídas desde Italia.
Los cementerios, dicen que es una muestra de ver a la muerte después de la muerte y del valor humano, que da el hombre a la vida. El cementerio de Chachapoyas, es un lugar singular, donde sobran las penas por la muerte de una familiar o amigo. Es el cómplice de la soledad y la reflexión. Es un monumento eterno a la muerte. Es un complemento social de crecimiento de nuestros pueblos.
Existen zonas históricas, donde se custodian los restos de personajes importantes de la política regional, sacerdotes, religiosas y filántropos. Otra, la zona de homenajes donde se erigen los recuerdos a los caídos en el fatídico vuelo de Tans Peru, otra donde reposan los restos de músicos y artistas y otra de miles de olvidados, donde no reposa ni agua, ni una flor, además de los nichos que son solicitados y cotizados, ya que en tierra no hay un solo hueso mas para colocar.
Este camposanto, forma parte del desarrollo de la capital de Amazonas. Dicen que por las noches, caminar por ella es muy pesado y que las animas penan. Otros dicen, que se ven personas que salen de la oscuridad, sin embargo, la tierra sigue en el limbo: Entre la muerte y la vida misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario