martes, 14 de julio de 2009

NUESTROS NATIVOS Y LAS CIFRAS DE LA VERGUENZA


He tenido la suerte de recibir el compendio estadístico de las comunidades indígenas realizadas en 2007 elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística e Informática –INEI, en ella se desnuda la cruda realidad en que viven y evidencian la poca importancia que da el estado a naciones como los que habitan en el departamento de Amazonas. De acuerdo a la información estadística de la totalidad de indígenas o nativos existentes en el Perú que suman 332,975, 52,153 habitan en la provincia de Condorcanqui y Bagua respectivamente, ubicando a nuestro departamento en el tercer lugar entre todos los departamentos que cuentan con personas nativas dentro de su territorio, después de Loreto y Junín.

Entre las cifras podemos destacar que el acceso al seguro de salud, los aguarunas acceden en un 52,2%, los huambisas 60,7%. En analfabetismo, los aguarunas tienen el 20,8% de su población sin ningún tipo de educación y los huambisas un 21,5%. En trabajo, es decir la Población Económicamente Activa, solo el 37,2% de los aguarunas tienen trabajo permanente, mientras que en los huambisas solo el 18,7%. En materia de fecundidad (cantidad de hijos por mujer) las aguarunas en promedio tienen 3,3 hijos y las huambisas, 3,8 hijos.

Con relación a la vivienda, un 61,2% de los aguarunas viven en casas hechas en base a madera, mucho más elevado es en los huambisas que llegan al 86,2%, siendo un promedio del 99,6 por ciento del piso en base a tierra. Referente al uso del agua, un 50,7% de los aguarunas usan el agua de sequias y de los ríos, los huambisas un 81,8% hacen lo mismo. En el caso de servicios higiénicos, el 79,6% de loa aguarunas cuentan con letrinas o pozos, mientras que un 87% de los huambisas no tienen ningún tipo de servicio. En lo que se refiere a alumbrado eléctrico, el 98,4% de los aguarunas no tiene, siendo similar porcentaje en los huambisas.


Estas cifras, sin lugar a dudas son dolorosas y muestran que el Estado por más que su constitución garantice los derechos de todos, por más organismos que se crean para planificar su desarrollo, poco o muy poco se hace por ellos. Tal es así que, por el solo hecho de contar con estas negras cifras, conllevan a que la totalidad de la población departamental este considerado en zonas de pobreza y pobreza extrema, ocupando como sabemos los últimos lugares a nivel nacional.

El siglo XXI, está plagado por nombres técnicos impuestos por el Banco Mundial, el PNUD y otros organismos, uno de ellos es el Desarrollo Humano. Es verdad, si no realizamos acciones para mejorar la calidad de vida del hombre, poco o muy poco estaremos haciendo para revertir estas cifras, menos por poblar nuestras fronteras donde vamos perdiendo el otro tipo de guerra frente al Ecuador.

La provincia de Condorcanqui e Imaza en Amazonas, es un vasto territorio de muchas potencialidades. En su subsuelo existen ingentes betas de oro y petróleo que son consideradas la reserva de mayor importancia nacional que tiene el Perú para los próximos cien años. Adicionalmente, la zona selvática de Amazonas, es una fuente de reserva natural que es considerada como la cabecera de cuenca de toda la Amazonía.

Ver el desarrollo de Amazonas, es virar el rostro de la política hacia hechos y acciones concretas. Una de ellas es respetar la biodiversidad, respetar al hombre de nuestra selva, para que logremos mejorar su calidad de vida y con ello potencializar las riquezas de nuestro departamento; pero para ello, se tiene que comenzar a gobernar de verdad.

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