Amazonas por dos acontecimientos históricos tuvo en su momento la plana principal de los medios de comunicación y el interés del mundo: Primero el conflicto con el Ecuador en la década del 90 y en Junio del 2009 la que se calificó como el Baguazo, la matanza entre peruanos el 5 de este mes en la mal denominada “Curva del Diablo”. Dos momentos. Dos lecciones que debe ser tomada en cuenta por nuestras autoridades nacionales, regionales y locales. Lecciones que se tiene que insistir para que estos sucesos NUNCA MAS SE REPITAN.
Primera lección: LA DEMOCRACIA ES DE TODOS Y PARA TODOS. Casi siempre los gobernantes de turno, so pretexto de ganar las elecciones, imponen sus caprichos, sus reglas de juego y hasta su propia visión de lo que debe ser un gobierno. Esa dictadura de la democracia, alcanza solo a los electores simpatizantes y excluye a los que representan las minorías. En el caso de las comunidades nativas, con el mea culpa presidencial y el juego circense del congreso nacional derogando los Decretos, es evidente que a falta de una política de comunicación, se sumó la sobredimensión del poder para el poder antes que la concertación, el diálogo y la capacidad de entender y escuchar las propuestas de los más débiles.
La lección de escuchar y luego planificar alcanza a todas las esferas del gobierno. ¿Acaso se escucha a los pueblos para hacer sus proyectos? Alguna vez en Amazonas, por poner un ejemplo, se les convocó y escuchó a los pueblos para que prioricen sus necesidades o se les impuso el fierro y el cemento a costa de la erradicación de taras sociales que frenan el desarrollo de los pueblos como: Analfabetismo, desnutrición. Claro, dirán que sí y en los presupuestos participativos. Los que asistimos a estos eventos, sabemos que son un saludo a la bandera y un juego del gato y ratón para darnos un pequeño queso y contentar nuestra hambre social.
Segunda Lección: CONOCER NUESTRA REALIDAD. Físicamente el Perú está dividido en tres regionales naturales. Tres espacios geográficos -como recién y tardíamente reconoce el Ministro Simon- distinto, cóncavo y convexo. Tres zonas geopolíticas. Tres razas y hasta tres naciones territoriales dentro de un país. Cada una de ellas tiene una forma de vida y una razón de coexistencia social. El serrano propiamente dicho de Ayacucho, Abancay, Junín, Puno, Cuzco tienen problemas muy dispares y complejos comparados a los charapas de la Amazonía o costeños del Perú.
Si bien es cierto la pobreza campea en cada territorio, no se pueda calificar con el mismo Indice de Desarrollo Humano y quintiles a todos los que se encuentran en el estrato de pobre o pobre extremo, ya que es muy distinto ser pobre en el centro del Perú, donde las heladas matan y el hambre tiene sabor a papa y tierra o tener una chacra, unos cuantos animales como en la selva y Amazonas en particular. Conocer nuestra realidad, es dejar el escritorio del Congreso, de los ministerios, de los grandes bufetes y planificar donde el zapato se mete a 20 centímetros del camino lleno de barro. Es dormir, caminar, sentir y respirar lo que hace diariamente la gente de a pie. Conocer la realidad, es sinónimo de cultura y ésta hace mucha falta en todos los niveles del gobierno nacional.
Ojalá los amazonenses, reflexionemos, pero no con el moco tendido sobre lo que pasó en Utcubamba. Entendamos que los únicos llamados a generar el desarrollo somos los que hemos nacido en esta tierra, ya que una cosa es querer las cosas, otra es amar. Ojalá los amazonenses reflexionemos y llegado su momento, antepongamos la razón al corazón y sepamos designar a los que conduzcan nuestro futuro. Un futuro que muchas veces parece incierto, pero que como dice un antiguo programa de televisión, todavía VALE LA PENA SOÑAR.
Primera lección: LA DEMOCRACIA ES DE TODOS Y PARA TODOS. Casi siempre los gobernantes de turno, so pretexto de ganar las elecciones, imponen sus caprichos, sus reglas de juego y hasta su propia visión de lo que debe ser un gobierno. Esa dictadura de la democracia, alcanza solo a los electores simpatizantes y excluye a los que representan las minorías. En el caso de las comunidades nativas, con el mea culpa presidencial y el juego circense del congreso nacional derogando los Decretos, es evidente que a falta de una política de comunicación, se sumó la sobredimensión del poder para el poder antes que la concertación, el diálogo y la capacidad de entender y escuchar las propuestas de los más débiles.
La lección de escuchar y luego planificar alcanza a todas las esferas del gobierno. ¿Acaso se escucha a los pueblos para hacer sus proyectos? Alguna vez en Amazonas, por poner un ejemplo, se les convocó y escuchó a los pueblos para que prioricen sus necesidades o se les impuso el fierro y el cemento a costa de la erradicación de taras sociales que frenan el desarrollo de los pueblos como: Analfabetismo, desnutrición. Claro, dirán que sí y en los presupuestos participativos. Los que asistimos a estos eventos, sabemos que son un saludo a la bandera y un juego del gato y ratón para darnos un pequeño queso y contentar nuestra hambre social.
Segunda Lección: CONOCER NUESTRA REALIDAD. Físicamente el Perú está dividido en tres regionales naturales. Tres espacios geográficos -como recién y tardíamente reconoce el Ministro Simon- distinto, cóncavo y convexo. Tres zonas geopolíticas. Tres razas y hasta tres naciones territoriales dentro de un país. Cada una de ellas tiene una forma de vida y una razón de coexistencia social. El serrano propiamente dicho de Ayacucho, Abancay, Junín, Puno, Cuzco tienen problemas muy dispares y complejos comparados a los charapas de la Amazonía o costeños del Perú.
Si bien es cierto la pobreza campea en cada territorio, no se pueda calificar con el mismo Indice de Desarrollo Humano y quintiles a todos los que se encuentran en el estrato de pobre o pobre extremo, ya que es muy distinto ser pobre en el centro del Perú, donde las heladas matan y el hambre tiene sabor a papa y tierra o tener una chacra, unos cuantos animales como en la selva y Amazonas en particular. Conocer nuestra realidad, es dejar el escritorio del Congreso, de los ministerios, de los grandes bufetes y planificar donde el zapato se mete a 20 centímetros del camino lleno de barro. Es dormir, caminar, sentir y respirar lo que hace diariamente la gente de a pie. Conocer la realidad, es sinónimo de cultura y ésta hace mucha falta en todos los niveles del gobierno nacional.
Ojalá los amazonenses, reflexionemos, pero no con el moco tendido sobre lo que pasó en Utcubamba. Entendamos que los únicos llamados a generar el desarrollo somos los que hemos nacido en esta tierra, ya que una cosa es querer las cosas, otra es amar. Ojalá los amazonenses reflexionemos y llegado su momento, antepongamos la razón al corazón y sepamos designar a los que conduzcan nuestro futuro. Un futuro que muchas veces parece incierto, pero que como dice un antiguo programa de televisión, todavía VALE LA PENA SOÑAR.
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