A dos meses de haber celebrado en Amazonas el DÍA MUNDIAL DE LUCHA CONTRA EL SIDA (1 de Diciembre) , poco o muy poco se conoce por fuentes oficiales las consecuencias de este mal en Amazonas. La Organización Mundial de la Salud en el marco de los 20 años de la campaña que tuvo el lema de “Lidera, empodera, provee”, desnudó una serie de debilidades gubernamentales frente a este tema.
Esta epidemia mundial, también llegó al territorio de Amazonas y no hace poco, solo que las muertes se siguen disfrazando como tuberculosis. Recuerdo que en los ochenta, nos llenaban de recomendaciones a fin de evitar “accidentes” en relaciones con mujeres de dudosa reputación. Recuerdo que nos imploraban usar el condón en caso de tener un “levante” callejero. Hoy el SIDA no es solo prevención sexual, es irresponsabilidad funcional, ya que el SIDA se contagia mediante agujas en los hospitales, otras son accidentales, como motivadas por uno mismo.
En cualquiera de estas formas de contagio, un día de aquellos se regó la noticia de que el SIDA estaba en Amazonas, hasta recuerdo que a ese ataúd muy pocos asistieron por miedo a contraer la enfermedad por el solo hecho de respirar en este ambiente. Era tanta la conmoción social, que la ropa, las pertenencias, los utensilios que usaba fue quemado a escondidas y con temor por sus familiares.
Desde aquella dolorosa y terrible noticia, hemos llegado al 2009 con estadísticas que no permiten esconder la información, como tampoco tapar el sol con el dedo de la mano. De acuerdo al cuadro que se presenta, se conoce que oficialmente la DIRESA AMAZONAS tiene registrado la cantidad de 123 casos de SIDA, siendo la provincia de Bagua la que lidera las estadísticas con 50, seguido de Chachapoyas, Condorcanqui y Utcubamba, con 23,19 y 18 casos respectivamente, el cual indica que si por uno que porta la enfermedad son posibles hasta 10 contagios, estamos hablando que en Amazonas existen más de 1,000 personas con este mal y quizá irresponsablemente regando esta epidemia con desenfreno, sin compasión del daño a mucha gente.
Es duro saber que en tu región conviva esta enfermedad y que poco muy poco se haga para prevenir en las familias las dolorosas y terribles consecuencias que trae el libertinaje, las relaciones extra maritales y la vida loca. Es duro saber que sigue imperando la emoción antes que la razón en las mentes de varones y mujeres que sabiendo el peligro de contagio, solo el 34% de la población sexual usa preservativo. Es duro no contar con presupuesto para campañas masivas de prevención y solo utilizar un día para decirnos que corremos peligro, que cinco minutos de placer puede ser un eterno dolor que lo cargaremos hasta nuestra muerte, que una “escapada” es suficiente para adquirir la enfermedad.
El SIDA , de acuerdo a las investigaciones se transmite de tres formas: Contacto sexual que representa el 75% de las estadísticas, Transfusión de sangre y la tercera de carácter intrauterino (madre embarazada a hijo/a). Lo demás, como beso, saliva, roce corporal es un mito que poco a poco viene siendo superado. De allí, es que se tiene que replantear nuestra vida conyugal a fin de que este flagelo que viene diezmando la población no se incremente en Amazonas, ya que como van las cosas, el SIDA puede convertirse en una pandemia incontrolable en los años que vienen, si es que responsablemente no se afronta el tema con la crudeza que el caso amerita y si es que no dejamos el discurso por la acción concreta.
Esta epidemia mundial, también llegó al territorio de Amazonas y no hace poco, solo que las muertes se siguen disfrazando como tuberculosis. Recuerdo que en los ochenta, nos llenaban de recomendaciones a fin de evitar “accidentes” en relaciones con mujeres de dudosa reputación. Recuerdo que nos imploraban usar el condón en caso de tener un “levante” callejero. Hoy el SIDA no es solo prevención sexual, es irresponsabilidad funcional, ya que el SIDA se contagia mediante agujas en los hospitales, otras son accidentales, como motivadas por uno mismo.
En cualquiera de estas formas de contagio, un día de aquellos se regó la noticia de que el SIDA estaba en Amazonas, hasta recuerdo que a ese ataúd muy pocos asistieron por miedo a contraer la enfermedad por el solo hecho de respirar en este ambiente. Era tanta la conmoción social, que la ropa, las pertenencias, los utensilios que usaba fue quemado a escondidas y con temor por sus familiares.
Desde aquella dolorosa y terrible noticia, hemos llegado al 2009 con estadísticas que no permiten esconder la información, como tampoco tapar el sol con el dedo de la mano. De acuerdo al cuadro que se presenta, se conoce que oficialmente la DIRESA AMAZONAS tiene registrado la cantidad de 123 casos de SIDA, siendo la provincia de Bagua la que lidera las estadísticas con 50, seguido de Chachapoyas, Condorcanqui y Utcubamba, con 23,19 y 18 casos respectivamente, el cual indica que si por uno que porta la enfermedad son posibles hasta 10 contagios, estamos hablando que en Amazonas existen más de 1,000 personas con este mal y quizá irresponsablemente regando esta epidemia con desenfreno, sin compasión del daño a mucha gente.
Es duro saber que en tu región conviva esta enfermedad y que poco muy poco se haga para prevenir en las familias las dolorosas y terribles consecuencias que trae el libertinaje, las relaciones extra maritales y la vida loca. Es duro saber que sigue imperando la emoción antes que la razón en las mentes de varones y mujeres que sabiendo el peligro de contagio, solo el 34% de la población sexual usa preservativo. Es duro no contar con presupuesto para campañas masivas de prevención y solo utilizar un día para decirnos que corremos peligro, que cinco minutos de placer puede ser un eterno dolor que lo cargaremos hasta nuestra muerte, que una “escapada” es suficiente para adquirir la enfermedad.
El SIDA , de acuerdo a las investigaciones se transmite de tres formas: Contacto sexual que representa el 75% de las estadísticas, Transfusión de sangre y la tercera de carácter intrauterino (madre embarazada a hijo/a). Lo demás, como beso, saliva, roce corporal es un mito que poco a poco viene siendo superado. De allí, es que se tiene que replantear nuestra vida conyugal a fin de que este flagelo que viene diezmando la población no se incremente en Amazonas, ya que como van las cosas, el SIDA puede convertirse en una pandemia incontrolable en los años que vienen, si es que responsablemente no se afronta el tema con la crudeza que el caso amerita y si es que no dejamos el discurso por la acción concreta.
La DIRESA Amazonas, cuenta con un Plan para promover todas las acciones pertinentes para hacer de esta enfermedad un colectivo social y ésta reaccione para que el dolor y las lágrimas no se interioce en las familias; pero siempre carecen de dinero para cumplir estas metas. Se espera que para el 2009 se revierta esta debilidades y podamos decir que en este año donde estamos unidos ante la crisis externa, también en Amazonas estemos más unidos que nunca para luchar contra el SIDA
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