Ayer en la noche, como todos los chachapoyanos, raudo fui a casa a prenderme de la tele para ver el programa "Costumbres" que conduce Sonaly Tuesta y que se emite por el Canal 7. Entre pausa y pausa comentábamos el desarrollo periodístico del documental, hasta que de pronto un "click" fotográfico hizo aparecer la figura de mi padre. Ese viejo mío y de siete hermanos que a sus 84 años se hizo famoso en la tele y ya es una leyenda.
Confieso que me sentí muy nervioso por lo que pueda hablar. Me sentí orgulloso de su aplomo y la convicción de sus afirmaciones. De sus pequeñas historias de fotógrafo viajero que, creo sin temor a equivocarme, debe haber tomado todos los rostros de Amazonas entre 1944 al 2005 donde tira la "cámara por la ventana"
Tengo un padre excepcional. No podrá tener la educación de muchos, pero tiene una inteligencia para tratar las cosas. Tantas veces quisiera ser padre como él; pero es imposible imitar ejemplos nobles como el viejo ubicho. Al verlo por la tele, le recordé hace 35 años sin canas y con menos arrugas, cuando me recibió en Cáclic luego de caminar días enteros por el derrumbe desde el Aserradero. Ya eres un hombre, me dijo. Tenía nueve años de edad. Esa expresión de padre, hace que uno sienta orgullo actualmente. Quizá en el momento la mente infantil no valore esas palabras, que hoy se hacen eco, en la mente de un hijo maduro y lleno de taras humanas.
Al verlo por la tele, mi corazón se aceleraba por la emoción, porque mi padre no es cualquier padre. Es un hombre histórico. Es el último sobreviviente de los fotógrafos del revelado en blanco y negro, de los flashes, del revelado al contacto, de las cámaras manuales, de los fotos en 24 horas.
Cuando pase a estudiar en el Seminario la primaria, por casualidad subí por el Jirón Amazonas y entre a una tienda donde vendían fotos. Esa mañana supe por primera vez a qué se dedicaba mi viejo y desde esa fecha, las veces que podía lo acompañaba y aprender algo de fotografía. El tiene muchas historias, muchos secretos, al mismo tiempo muchos silencios, que quizá nunca lo revele.
Al verlo por la tele, creo que alguna vez se le hizo justicia y se le rindió homenaje a Wenceslao Cabañas Alvarado, el fotógrafo, el amigo de todos y mi eterno padre. Gracias, Sonaly
1 comentario:
Recordado cronista Cabañas: he leido tus cronicas con interés y especialmente ésta, en la que rindes homenaje a tu señor padre, don Wenceslao. Realmente él concentra toda la sabiduría amazonense que le otorgan los años. Espero volver a tu tierra a gozar de sus antiguos y vitales encantos.
Mi revista es Minas y Petroleo, y sus oficinas estan en San Isidro. Será un gusto recibirte.
Juan Ochoa
988133613
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