miércoles, 18 de junio de 2025

Amazonas en su laberinto




 ¿Alguna vez jugó en un laberinto?. Caminó buscando la salida y le fue difícil encontrarla. Ese juego se hace realidad cada vez con Amazonas. Los que conducen el territorio tienen problemas para encontrar el equilibrio adecuado para alcanzar los propósitos si es que lo tienen. La falta de gobernanza pública nos hace cada vez más ciegos a la realidad. Vivimos de circunstancias, de urgencias, dejando de lado lo importante, que al final de cuentas es lo que vale en todo proceso de cambio.

Revisaba unos apuntes y leía una frase "Si las aguas del río están sucios arriba, abajo también lo están". Y si de planes se trata, encontraremos que gran parte de los gobiernos locales en Amazonas, no cuentan con dichos documentos que te permitan orientar y priorizar el desarrollo. Hace poco el gobierno central incrementó en FONCOMUN al 4% y parece que está bien y la pregunta que se dispara es ¿en qué utilizarían ese presupuesto?. Si una autoridad, no tiene documentos, planes, políticas orientadas a un objetivo, simplemente distribuirá el dinero a su antojo y capricho. Hacer algo torpe como son la administración directa, que de fondo es para recuperar "las inversiones".

Otra frase, que me motivó escribir este artículo, decía que "Sin un propósito ni valores, no tiene sentido ninguna organización". Pregunto en voz alta ¿sabemos que existen o tienen las organizaciones que marcan el desarrollo regional? ¿usted como ciudadano, lo tiene? ¿sabemos el propósito de Amazonas como territorio?. Chequeo información, más allá de objetivos, los valores y razón de ser no están definidos y sin eso, con justa razón, estamos a la deriva y en medio de un laberinto que será difícil encontrar la salida si es que...

  • Como sociedad no se exige una AGENDA DE DESARROLLO REGIONAL.
  • No recuperamos la voz para pedir y los oídos para escuchar y depurar todo lo nocivo socialmente.
  • No razonamos con la mente dejando de lado el corazón.
  • No analizamos el futuro de todos, dejando el beneficio personal.
  • No recuperamos la dignidad colectiva y la pertenencia como nuestra identidad.
    Los amazonenses en los últimos cincuenta años, hemos mutado grandemente. Cada vez las ciudades se hacen grande, la zona rural se despuebla, las generaciones renovadoras han perdido su horizonte, si es que alguna vez lo tuvieron. Hay una generación emergente lleno de conocimiento pero con pocas oportunidades laborales. Una niñez que crece con la compañía de las tablets, celulares y televisión antes que un libro, un cuaderno y un deseo de crecer amparados con una educación resiliente. 

    Crecemos, cambiamos, envejecemos pero sin saber ni como ni a donde. De seguir así, tengo la certeza que se nos vienen tiempos peores, donde será muy difícil que ese río se vuelva limpio, transparente y diáfano porque la corrupción será modo operandi, los malos impondrán sus reglas de juego y los buenos, arrinconados en sus sueños e idealismo.

    De niño tuve una ilusión de contribuir al desarrollo de la tierra donde he nacido, pero no puedes cambiar al mundo solo, se necesita de otras manos y mentes que tengan limpieza en sus actos y corazón y hagan todo por el bien común. Solo, es vacío, es nada. Tan solo es ilusión. 

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