Hace poco, escuchamos, leímos que en Junin por disposición de
su gobierno regional, aprobaron la elaboración de un nuevo diseño curricular en
el cual se enmarquen materias como identidad, filosofía, historia regional
entre otros. Y vaya que las pulgas saltaron de la cama (léase sistema).
Una serie de voces se levantaron airadamente, calificando a
Vladimir Sullón como un atrevido, insolente y contestatario anti sistema que
desea ir contra los intereses nacionales e incluso afectar las autonomías y las
políticas nacionales.
Desde el 2000 vengo siendo testigo directo en Amazonas del
serio debilitamiento en los contenidos educativos que se imparten en el país,
incluso de la forma ignorante de los "limeños" al tratar los
contenidos geográficos, confundiendo a Cajamarca con Amazonas o hacer gráficos
donde los espacios territoriales desaparecen del concepto ideal para los
aprendizajes.
Vengo siendo testigo de la rústica identidad de nuestros
estudiantes que egresan de los colegios sin el más mínimo respeto por el
pasado, la historia, los valores, la importancia, menos valor a lo nuestro.
Anualmente, egresan más de 6 000 estudiantes, de los cuales más del 70% salen
fuera con distinto destino y sin apego para retornar por cualquier motivo a la
tierra que los vio nacer.
Desde los 90 ya dejamos de ser racionales, se dejó de lado la
Filosofía y la Lógica, materias elementales que hace a uno más coherente, más
crítico, menos conformista, más ocupados en el quehacer de la humanidad. Sin
estas asignaturas, las generaciones post 90, además de ser millenium, son sin
patria, sin bandera y sin "causa", sin propósito, sin un afán.
La educación, como tal es una herramienta fundamental en el
crecimiento de las naciones. Eso que hizo que China y Corea del Sur, hoy
lideren la tecnología y la innovación, al mismo tiempo para que sientan orgullo
por su raza. La educación, dependiendo de su contenido, hace grande o pobre a
un país. Al parecer, los que nos gobiernan, quieren que el futuro representado en nuestros hijos, sigan de rodillas, ciegos, indiferentes sin capacidad de
reacción.
Catárticamente, hay que expresar lo que sentimos. Vivimos en
una zona de confort, saboreando "dulcecitos" como placebos que al final nos
drogarán la conciencia nacional. Creo, personalmente, que las revoluciones,
cambios y nuevos paradigmas deben surgir desde las regiones. Una bandera de
cambio, tiene que ser sin duda: EDUCACIÓN
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