lunes, 17 de agosto de 2015

Virgen Asunta: más allá de la fe


Ya está con nosotros 173 años. Ya pasó sus bodas de diamante. Tiene más de cien vestidos donados por sus devotos. Pese a su “edad religiosa” se mantiene bella, lozana y prodiga de amor a quien quiere recibir. Es blanca, tiene los pelos rizados, la mirada fría y dulce, al mismo tiempo penetrante. Ella es del barrio Luya Urco casi siempre, menos en el mes de agosto. Es ecuatoriana de nacimiento y se inmortalizara como chachapoyana de convicción. Es la Virgen Asunta, la señora de la asunción. La patrona, protectora y benefactora de nuestra querida ciudad.

Por esas cosas del destino, mediante sueños pasó a ser venerada públicamente en una rustica capilla, hoy masivamente es venerada por casi todos los que vivimos en Chachapoyas y visitada por miles de paisanos que vienen de diferentes partes del mundo. En la época de los 60, con colectas y actividades sociales, se construye la capilla actual, mejorada con el tiempo con el apoyo de todos sus devotos.
He tenido el privilegio de pasar con la imagen más de cuatro meses consecutivos para preparar sus fiestas y aniversario número sesenta de su coronación pontificia el año 2012. He tenido el gusto de tomar decenas de fotografías y hurgar en cada una de sus joyas, rosarios, coronas de poco valor, excepto una que no tiene precio y que esta cuidada “como Dios manda”.


Al mismo tiempo, he visto de cerca la devoción a imágenes religiosas como la Virgen de la Sal en Colombia, del Cisne en Ecuador, la Candelaria en Puno, Las Mercedes en Piura y cada una de ellas tienen hermandades, cofradías y hasta patronatos. Es más, cuentan con museos en su honor.
Desde el 2012, en forma personal, vengo motivando para que esa devoción que manifestamos  a nuestra patrona, que la acompañamos en sus velaciones con lágrimas en los ojos, que nos arrodillamos ante ella para un milagro que nos conceda, que peleamos por cargarla aunque sea un pitsito en sus procesiones, que alabamos su protección, debe tener un museo propio. Un museo como en Bogotá o Quito donde miles de personas hacen peregrinación y pagan por conocerla a sus imágenes y dejan mucho dinero y con ello se mantiene y fortalece nuestra fe.

Existe un terreno adyacente al santuario, que conversando con sus propietarios, la familia Guevara, bien podría servir para que se construya un museo religioso en homenaje a la Virgen Asunta y que tenga un auditorio, comedor popular y hasta ambientes para habitaciones a delegaciones visitantes. Todo esto construido en un poco más de mil metros cuadrados.  http://mamaasunta.blogspot.com/2012/09/museo-para-la-virgen-asunta-una.html 

Los que vivimos en Chachapoyas y los que vienen a visitarnos, nos convertimos en los mejores consumistas: Compramos ropa, comida, salimos en familia, en decenas de cerveza para la juerga, en diversión, en paseos y excursiones y todo a costa de la fe. Esa fe que debería trascender con un aporte solidario y extraordinario para hacer realidad NO UN SUEÑO PERSONAL; sino una justa aspiración de todo pueblo que se precie de ser religioso y que valora, ama su cosmovisión cristiana local.

Hay hechos trascendentales que motivan para que la Virgen Asunta, nuestra virgen, tenga este ambiente dedicado en su honor. Entre ellos los cientos de vestidos que son regalados y no se exhiben y es ganada por los hongos y la humedad. Decenas de estandartes, cientos de escapularios de plata, arrumados en cajas, lo mismo que sus coronas por falta de espacio. Es más, es una de las poquísimas imágenes religiosas en américa latina de ser coronada canónicamente por medio de un documento de El Vaticano y firmado por el Papa y es reconocida por el Gobierno Regional de Amazonas como PATRIMONIO HISTORICO RELIGIOSO DE AMAZONAS mediante Acuerdo Regional. Y lo mejor, es que TODOS somos sus fervientes devotos y protectores sociales en nuestra ciudad.

Un museo, no es ilusión, es un derecho que le corresponde a una imagen venerada, admirada  y querida por todos, de modo que el nuevo Comité tiene esa responsabilidad de impulsar una campaña para contar con fondos, lograr donaciones y gestionar ante nuestras autoridades locales y regionales para hacer que este local en el futuro pueda ser propiedad de la ciudadanía y en ella se construya este museo.
Antigua capilla y al costado la casa que podría ser el muse0


Dice un dicho que si unimos emociones, sentimientos y nuestras manos, podemos cruzar todas las dificultades en nuestras vidas. El mayor de los retos que tenemos los chachapoyanos es hacer realidad esta propuesta. Conociendo como conozco a nuestra gente, tengo la seguridad que haremos ese esfuerzo más allá de la fe, para demostrarnos que somos dignos de tener a la “mama asunta” como nuestra protectora, ángel guardián y guía espiritual de nuestra ciudad. 

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