lunes, 8 de junio de 2009
AMAZONAS, 5 DE JUNIO, TRES ERRORES DEL APRA
Primer error: Del “Perro del Hortelano” a “¡Haz patria, mata un indio!”
Aunque para el gobierno sea lo que menos importe, lo primero que se debe señalar es la tragedia histórica y ética moral que ha significado la torpe recuperación de la carretera Fernando Belaúnde Terry el día de ayer. Esto va a tener consecuencias para el gobierno y me refiero tanto a la muerte de los policías como de la población indígena o no, los heridos y detenidos, la balacera y el escenario de guerra que nos transmitieron las radioemisoras, los periodistas y el personal de los hospitales de Bagua y Utcubamba.
Lo primero que debe entenderse sobre lo que ayer pasó, es que lo realizado no ha sido sólo una decisión práctica, un conjunto de acciones tácticas tomadas por un grupo de técnicos del despeje de vías, como ha presentado a la PNP la Ministra Cabanillas.
La protesta indígena era una medida –pacífica- de presión para que el gobierno derogue un paquete de D.L. reñidos con el derecho e inconstitucionales. Los representantes del gobierno nunca se molestaron en deslindar que lo que habían hecho con los D.L. era ilegal, pues lo importante para ellos es que eran populares.
Con relativa facilidad se le ha vendido a la mayoría de peruanos que estos decretos fomentarían el desarrollo de nuestro país. Ha sido fácil pues forma parte de nuestro subconsciente histórico creer que tenemos ricas montañas, hermosas tierras, cumbres nevadas, risueñas playas, ríos, quebradas y otras melodías que desaprovechamos.
El subconsciente social cambia con lentitud, la misma idea fue vendida por el ex presidente Belaúnde, quien fomentó la migración colona a la selva, porque ahí (justo de donde vienen los pobladores ayer enfrentados) había “tierra sin hombres para hombres sin tierra”.
Entre las consecuencias de esta migración, una fue que la creación de una respuesta organizada a la presión de los colonos sobre la tierra indígena, respuesta que más tarde terminaría tomando como forma AIDESEP. No se puede entonces descartar que con los actos de ayer el gobierno le haya dado un empujonazo a la reafirmación de movimientos sociales de base étnica en el Perú. ¡Buena Alan!
Si se mira en nuestra historia poscolonial se verá la escena repetida incansablemente, la promesa que ahora representan los bosques, el petróleo y los minerales, antes lo fue el caucho, guano, oro, plata, etc.
Y es que los políticos hábiles guardan parecido con los magos, saben jugar con la mente de la gente, usan a su favor algo que saben muy presente y con ansias de salir a flote al ser aludido. No, no se imaginen a Alan con turbante diciendo “Hay en la sala la presencia de alguien que te amaba mucho… un familiar… ¡Mi padre!, gritaría alguien del público”. Él más bien ha apelado a la vieja idea del “Mendigo sentado sobre el banco de oro” que, como hemos visto, es un sentido común casi omnipresente (hasta en la música popular) en el imaginario del peruano promedio.
Luego, el mentalista usará un poco de distracción. Hay dos opciones: la ayudante hermosa (darle circo al pueblo y acá ya falló en conseguir canal 5), o la más efectiva, el miedo. Por favor, tampoco hagan el grotesco ejercicio de imaginarse a Alan desnudo en pañales envuelto en cadenas a lo Houdini a punto de entrar de cabeza a un tanque de conjunto habitacional lleno de agua. Más bien escúchenlo hablar de Venezuela, de Chávez, de Chile, de Humala, los nacionalistas, la oposición, las ONGs nacionales y extranjeras, la extrema izquierda, los terroristas. A esta altura de su gobierno casi cualquiera vale como enemigo y lo que no funciona con un escucha funciona con otro, a cada uno se le dice lo que quiere o más teme oír, otra estrategia de mago y cada uno tendrá frente a sí al enemigo que más miedo le genere.
El resumen de todo lo anterior es un discurso que se llama Perro del Hortelano, es ideología pura y funciona muy bien pues apela a los mitos y miedos más esenciales del peruano promedio, poco importa si es verdad, si es justo o es legal, esta arraigado y es popular, con eso basta para llevarlo de discurso a la práctica y la forma de hacerlo ha sido la delegación de facultades que le dio el legislativo al ejecutivo para emitir este paquete de D.L. en materia del TLC, D.L. que han llevado a los pueblos indígenas, entre otros actores sociales a la protesta.
En lo que va de su gobierno, al APRA –no creo que esto ya sorprenda a muchos- se ha mostrado como el partido más conservador del espectro político, el menos progresista. Del APRA se puede decir sin miedo a equivocarse, que han pasado de incendiarios a bomberos.
Parte del subconsiciente ultraconservador que detenta el gobierno, y aquí creo se puede resumir la tragedia ético moral de la que hablé en el primer párrafo, se concreta en que Alan haya llevado a la práctica otro sentido común de nuestro subconsciente nacional, ya mucho menos arraigado en la mayoría de peruanos, producto de los cambios sociales de los últimos 50 ó más años, pero al parecer aún muy fuerte en la mentalidad aprista y es aquel que resume la terrible expresión popular de “haz patria, mata un indio”, según la cual los problemas de un naciente Estado Nación peruano estaban en la falta de peruanos y la abundancia de indios frente a los cuales tienes la opción de aculturarlos o matarlos, pero nunca de dialogar con ellos. En términos del aprismo, repetido hasta el cansancio estos días: [Sí, hemos creado una Mesa de Diálogo, pero no vamos a derogar nada] ¿Qué diálogo es ese?
Entonces, lo primero que se debe señalar es la tragedia histórica (pues nos hace consciente de que hay cosas terribles que poco han cambiado desde inicios de la República) y ético moral que significa pasar de la práctica del discurso del “Perro del Hortelano” que se concretaba en leyes abusivas a la práctica del discurso de “Haz patria, mata un indio”, que es lo que han hecho el día de ayer.
Sin embargo, como señalé al inicio, este gobierno no se ha molestado en ocultar que los derechos humanos son algo que le importa poco, el ministro de defensa fue claro en eso durante el affaire Museo de la Memoria y las acusaciones a las ONGs de derechos humanos como incómodas para los planes del gobierno son pan de cada día. Por eso creo que al gobierno la tragedia ético moral que enluta a varias familias el día de hoy es algo que poco pesa en su balance. Sobre este punto Alan debe confiar en la falta de memoria del pueblo que lo reeligió y que tiene a Keiko primera en las encuestas.
Segundo error: Timming
Acá me parece que está lo que verdaderamente preocupa al gobierno, pero sobre lo que creo realmente mucho no ha podido hacer. Sí, realmente el cálculo político le ha fallado a Alan estos días, no sé en qué condiciones lo pone las últimas cifras del INEI sobre la pobreza en el Perú, pero como estás dependen de la cantidad de miembros de familia, con tantos hijos, pues tal vez el presupuesto para farmacia ya le produjo un pequeño desbalance, ya que primero no midió bien lo del canal de Papa Upa y ahora falla terriblemente en Bagua.
Era evidente que se venía jugando al cansancio con la organización indígena, 51 días para un grupo de gente pobre fuera de sus comunidades es un tiempo que definitivamente desgasta. Las continuas postergaciones del debate de la derogatoria del 1090 por supuesto que no tenían nada de técnico, eran sólo parte del juego de agotamiento sobre AIDESEP. Luego la denuncia de la fiscalía y la procuraduría y finalmente la intervención del APCI. Al mismo tiempo, distintos políticos dando discursos parciales sobre los D.L en diversos medios de comunicación la verdad poco curiosos y bastante complacientes o complacidos desde antes de escuchar las explicaciones aún, el prejuicio popular que ve a los indígenas como ignorantes o niños, la continua campaña de inventar una manipulación (cómo dijo ayer Alan “no se exactamente de quién, pero hay que ver quiénes salen ganando”) o sea la distracción del mentalista a través del miedo a un enemigo genérico no identificado (si estuviéramos en EEUU serían los árabes, los musulmanes, los islámicos, etc).
Con esta presión y desgaste se empezó, tal como ha declarado la ministra, a pasar primero por Andoas, luego por Camisea, es decir se fue tanteando y se dejó llegar todo al punto límite, en el que el abastecimiento de combustible y gas ya podía empezar a ser un problema. Pero como el Apra no lo controla todo, fueron surgiendo cosas inesperadas, el apoyo de la CGTP, el cálculo político del nacionalismo y su intento de colgarse de la protesta, lo que le ha valido cierto prestigio que el Apra siente le merma, la reunión de la CAOI en Puno y la decisión de otras organizaciones como CONACAMI y organizaciones campesinas de apoyar la protesta indígena, la próxima reunión en Tarapoto el 6 y 7 y la convocatoria a un paro amplio para esas fechas, las críticas generalizadas de la oposición, con sus diferentes matices y propuestas. El día de ayer Alan calculó que o era ahora o ya no era nunca, pues en vez de desgastarse la protesta podía retomar fuerza y optó por el camino obvio, pues ya vimos que teniendo un discurso popular y arraigado, un pueblo olvidadizo y prejuicioso y careciendo de freno de tipo ético moral, no había nada que le impidiera matar unos cuantos indios.
Algunas cosas que Alan no pudo calcular pues no sabía (ayer en el programa de Rosa María Palacios se hacía evidente la desinformación de nuestros líderes sobre referencias esenciales cuando, a lo Condolezza, intentando distinguir Afganistán de Pakistan, Meche parecía preguntarse para la diferencia entre Utcubama y Bagua Grande y el jefe Gorgori buscaba en su voucher del Dunkin la mejor definición del rol de los apus): mientras que en otros puntos de la selva la población que mantenía tomada instalaciones eran unos cuantos cientos a lo mucho, acá ascendían a miles. Segundo, ellos no estaban 51 días, entraron al paro pasado el mes de este por lo que estaban mucho menos desgastados. Tercero, su motivo para entrar al paro fue justamente el primer enfrentamiento en Corral Quemado, hasta antes de que sus hermanos y líderes fueran agredidos, ellos tenían serias dudas y discrepancias con las dirigencias que convocaban esta movilización y lo que los motiva a participar es justamente la primera agresión a sus hermanos indígenas. Entonces, piensen lo que ha significado los actos de ayer para el resto del pueblo awajun wampis. Último, calcularon muy mal el respaldo de las poblaciones mestizas a las poblaciones indígenas, pensaron que viéndose estas ahogadas por desabastecimiento sentirían alivio de que les quitaran a los indios de encima. Pero no se dieron cuenta que un pobre siempre se pone del lado de otro pobre en una lucha política, aquí algo que a la razón práctica siempre se le escapa de la vista. (Realmente deseo que alguien haga notar a Aurelio Rodríguez Pastor, lo bárbaro de su exposición del día de ayer, en la que justificaba asesinatos por el aumento del precio del pollo o la escasez de combustible).
Así que el timming fue lo que le falló y lo que verdaderamente le debe estar doliendo al Apra. Su mejor momento no fue lo suficientemente bueno. Con los actos de ayer han fortalecido a casi toda la oposición, se han puesto en contra a la opinión pública, le han dado la legitimidad que tanto buscan quitarle a las ONGs de DDHH, han fortalecido a AIDESEP, que solita se depreciaba y han generado un espacio para una opción política étnica que ellos de hecho no van a poder aprovechar en unas próximas elecciones. Lo único que ganan es el aire esperado por Alan para el recambio que viene buscando en el gabinete. En el balance político, que es lo que le interesa al Apra, lo de ayer ha sido una pérdida, que habrá que observar cómo busca revertir en el corto plazo.
Tercer y más grave error: una brutal negación ciudadana
Pero a mí parecer el error más grave cometido es una vez más lo que llamaría la tragedia peruana. Ayer (y esto lo hizo notar el mismo jefe Gorgory en el programa de Rosa María Palacios cuando mencionó que gran parte de los que se encontraban presentes en la Curva del Diablo eran excombatientes del Cenepa) se le dijo nuevamente ¡No, tú no eres peruano!, a un grupo de gente que lleva años reclamando inclusión. En realidad sólo una parte pequeña de ellos son excombatientes, pero sí es cierto que los pueblos indígenas lucharon en este conflicto y que se sienten orgullosos por ser, además de awajun wampis, peruanos. Hace mucho que vienen reclamando dos formas de reconocimiento: una primera de tipo ciudadano, en la cual sus derechos sean respetados, ciertamente que sus derechos incluyen los derechos colectivos de los pueblos indígenas, reconocidos por el Estado peruano en letra pero ignorados plenamente en la práctica; por otro lado vienen reclamando su inclusión como nacionales, es decir el reconocimiento de pertenecer a la misma comunidad imaginada, en la que tú y yo podamos vernos a la cara sin depreciarnos o sentirnos más o menos, lo que no significa por supuesto dejar de ser awajun o wampis.
Ayer se les dijo una vez más ¡No! y se les dijo de forma brutal. Tú no peruano, tu sin derechos, tú no igual a mí, tú vida sin el mismo valor que la mía, vuelve a tu rincón del bosque y desaparece de mi vista hasta que yo y los míos lleguemos ahí a conquistarte, transformarte, eliminarte o lo que nos de la gana, pero tú, ¿reclamar derechos? ¡indio descarado!
El error más trágico de ayer fue la forma brutal en la que se decidió no reconocer la categoría de ciudadano de los pueblos indígenas del Perú , anclándonos en una reiterada historia de autoritarismo cultural que al cerrar otras vías sólo deja abierta la de la protesta, pero que puede terminar reabriendo otras más trágicas aún.
Aquí el APRA debería darse cuenta que junto a los pueblos indígenas y el Perú en general su pequeño partido también sale perdiendo con actos como los de ayer, a menos que eso del proyecto de Estado Nación, sea cuál sea su opción de este, sea también demagogia pura y así como SL pasó de partido sanguinario a sólo pandilla de narcotraficantes ellos hayan pasado de partido revolucionario a sólo cooperativa empresarial.
Gerardo I. Seminario Námuch
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