Me dice el abuelo, Ernesto, que
ya nada es igual. Esas punas que veste (1), ya no son las mismas, hoy está todo
sipra(**),
ya no vemos ni las vizcachas, ni los zorros, menos los pumas, peor los osos,
que cuando era niño, un poco más pasaban cerquita a tu casa, me dice y seguimos
nuestro camino a Yurumarca, que no es solo una histórica mina de sal, es
también la cordillera que alimenta del agua a la mítica catarata de Gogta(2),
que es nuestro destino final.
En Vituya, entramos a la casa
de Manuela Gáslac, para tomar desayuno de viajeros: Café con torreja de huevos
y pan. Pronto del otro lado de la plaza, llega Don Agucho con dos mulas
ensilladas. Pa´que (3) suban la cuesta, me dice. Conforme se sube a la
cordillera, el aire es más frio pese al intenso sol de la mañana. Retamas,
pinos quedan atrás para dar paso a los pajonales y el icho. Miramos nuestro GPS,
nos indica que estamos a 3,220 metros sobre el nivel del mar. ¡Lay!(4) Decimos todos
y tratamos de sacar la gorra, los guantes
para soportar el frio. ¡Estamos en helada!, no dice, Cristóbal.
Cuatro horas después de viaje,
llegamos a Yurumarca, poblado histórico del Alto Imaza, que hasta los años 80
era muy concurrido por decenas de arrieros que venían de todas partes para
llevarse un poco de sal para alimentar al ganado vacuno y caballar, así como
para aderezar las tushpas (5) de Amazonas, Cajamarca, San Martín y hasta la costa
norte del Perú. Preferimos quedarnos este día, porque viajar a la cordillera es
tedioso y con lo malo del camino se torna peligroso. Ese tiempo de la tarde,
recorrimos la mina y sus cerca de cinco túneles que tiene. Al interior de ella,
se puede apreciar los colores de la sal: rosada, negra o blanca, igual de
codiciadas por los hombres del campo.
Luego de un sueño reparador, un
desayuno consistente en sopa de ajos con papas amarillas, tu taza de café y una
talega
(6) de pan, partimos a nuestra meta. Ya en la cordillera, decenas de hombres
vemos como a punta de coca y trago, han cortado con la hocina (hoz), varios
metros cuadrados de yerba seca, para que construyan viveros para producir
plantas de pino, que serán sembradas en un radio de 5 hectáreas a fin de
proteger la cordillera y tener más agua en el futuro. Esta zona es tierra de
osos, me dice, mi tocayo Manuel y me muestra unas bolitas dulce de cholpe
(7) y moracaballo (8), que entra heladito a nuestro estómago, más
allá podemos ver diferentes tamaños de hongos comestibles que los pobladores de
la zona lo llaman callampa (9).
Con briosos caballos, los niños
corren por las pampas y pajonales de los ochentas, lugar muy conocido por
albergar en este territorio varios espejos de agua, llamados “los ochentas”. De
esta zona nacen las quebradas de Zuta y Upa para dar nacimiento a una joya
natural de Amazonas, como es Gocta, la tercera catarata más alta del mundo. A
pocos pasos para entrar a los pajonales se aprecian niños y familias enteras
sembrando pinos, que son sacados de los viveros lo más rápido que se pueda, ya
que la fuerte helada, puede quemar las plantas y perder el propósito supremo de
este trabajo, como es forestar la cordillera con la finalidad de tener mayor
cantidad de reserva de agua.
Manuel, Cristóbal y Agapito, me
cuentan que la temperatura ya cambio muy de prisa. Viendo el hielo sobre el
suelo, me cuentan que hace como treinta años eran gruesas capas de hielo y
demoraban en derretirse con el sol, muchas veces hasta la media mañana teníamos
que esperar para seguir nuestro camino, porque el hielo era bien duro y como es
suavito(10),
los caballos se resbalaban, ahora esto ya no es nada y por eso las
aguas que van a Gocta, ya no es mucho y si no se hace algo, quizá con el
tiempo, la catarata sea una leyenda y como recuerdo solamente quedarán las
fotos.
Efectivamente, las quebradas de
Zuta, Upa y Shique, ya no tienen los mismos caudales de siempre. En el verano del
2013 como las lluvias se alejaron por mucho tiempo solo eran hilos brillantes
que bajaban por la montaña y eso se puede repetir con el tiempo.
Ese pesar y dudas sobre el
futuro de las aguas de Gocta, hizo que intrépidamente viajáramos por más de
doce horas, cruzando cordilleras por donde el viento silva poderosamente y te
quiere arrojar al abismo. Cruzamos las quebradas a lomo de nuestros caballos y
llegamos a la naciente de Gogta. Una naciente que truena como los rayos de
Zeus; pero que al mismo tiempo, tiene sonido de esperanza para que el agua sea
eterna y bañe de sueños y poemas a los miles de visitantes que desde San Pablo
o Cocachimba observan este gigante, que he tenido por breves momentos a mis
pies.
* Poquito
** Desnudo
1 .- Mirar
2.- Catarata más alta del Perú, ubicado en Bongará - Amazonas
3.- Para que
4.- Relacionado a frío
5.- Fogones para cocinar
6.- Bolsa de tela donde se coloca el pan
7.- fruta nativa de la zona, muy dulce
8.- Especie de zarzamora silvestre
9.- Hongo silvestre, comestible.
10.- Suave
* Poquito
** Desnudo
1 .- Mirar
2.- Catarata más alta del Perú, ubicado en Bongará - Amazonas
3.- Para que
4.- Relacionado a frío
5.- Fogones para cocinar
6.- Bolsa de tela donde se coloca el pan
7.- fruta nativa de la zona, muy dulce
8.- Especie de zarzamora silvestre
9.- Hongo silvestre, comestible.
10.- Suave
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